Wyoming, Leticia Dolera y Alejandra Herranz, los mejores discursos de los Ondas 2025

La noche en el Gran Teatre del Liceu de Barcelona fue el escenario de uno de los eventos más importantes del audiovisual español: los Premios Ondas 2025. Pero más allá de las estatuillas y los reconocimientos, lo que realmente quedará en la memoria colectiva fueron algunos discursos que tocaron fibras profundas de lo que significa hoy comunicar con propósito en tiempos de crisis de verdad.

La Defensa de la Verdad: El Gran Wyoming

El cierre de la gala llegó con el impacto que solo El Gran Wyoming puede provocar. Rechazando la timidez que caracteriza muchos discursos de premios, el presentador de El Intermedio pronunció palabras que fueron mucho más que agradecimientos: fueron un grito de defensa del periodismo en su esencia más pura.

«Yo tengo el pelo blanco, pero no miento», comenzó con esa ironía que le caracteriza, dejando clara su postura desde el primer segundo. Wyoming dedicó su Ondas a los equipos que hacen posible el programa, reconociendo que en dos décadas nunca han publicado una sola mentira en antena. Un acto de acusación implícita a aquellos que han normalizado la mentira en los medios como estrategia.

Lo más contundente llegó cuando Wyoming se refirió directamente a las decisiones que toman los directivos de televisión: «Ceden espacio a gente que va a soltar falsedades». Su voz, conocida por la sátira política, adquirió un tono de sinceridad pura, recordando la crisis democrática que vivimos cuando vemos cómo se ha dado «alas a la mentira extrema» incluso en instancias que deberían garantizar la justicia.

Pero Wyoming no se quedó en la acusación, sino que lanzó un llamamiento: «Como ciudadano exijo el derecho a la información veraz. Luchad contra los enemigos de la libertad». Un mensaje directo a sus colegas periodistas, muchos de los cuales se sienten actualmente señalados por intentar desenmascarar esas falsedades.

La Empatía como Herramienta: Alejandra Herranz

Si Wyoming cerraba con la defensa contundente de la verdad, Alejandra Herranz abrió una puerta diferente pero igualmente necesaria: la de la empatía como base del periodismo contemporáneo. La mejor comunicadora de la noche según los Ondas 2025 subió al escenario (un total de dos veces) con una propuesta que desafía la frialdad que a veces caracteriza los informativos televisivos.

«Yo entiendo el periodismo desde la empatía, solo acercándonos, escuchándonos, abrazándonos, seremos capaces de explicar lo que pasa en el mundo», afirmó Herranz, llevando a la audiencia a reflexionar sobre una dimensión del comunicar que va más allá de los datos y las crónicas. La presentadora del Telediario 1 de RTVE puso en valor su equipo, reconociendo que trabajar en «una de las mejores redacciones que existen» con profesionales de servicio público es un privilegio.

Lo que más emocionó fue su reconocimiento a su madre, fallecida recientemente, visibilizando cómo somos seres vulnerables que llevamos nuestras historias personales a nuestro oficio. Un momento que humanizó completamente el acto, recordando que detrás de cada cámara, cada micrófono y cada titular, hay personas que aman lo que hacen.

La Responsabilidad de Contar Historias: Leticia Dolera

Su discurso al recoger el Ondas a mejor serie de drama por Pubertat merece mención porque ejemplifica algo fundamental: la responsabilidad de quienes cuentan historias en cualquier formato.

Emocionada, dedicó su premio a «docentes, psicólogas infantiles, educadores sociales, porque ponéis el cuerpo al servicio de la vida de la infancia y adolescencia. Os tenemos que cuidar mucho». Una reflexión profunda sobre cómo el audiovisual puede contribuir a visibilizar profesiones que sostienen nuestra sociedad pero que frecuentemente pasan desapercibidas.

El Hilo Conductor: La Defensa del Humanismo en la Comunicación

Estos tres momentos de la gala de los Ondas 2025 no fueron casualidad. Reflejan una preocupación compartida en el panorama comunicativo español: en un momento en que la mentira se normaliza, la polarización domina los discursos y la desconfianza crece, necesitamos comunicadores y creadores que defiendan simultáneamente la verdad, la empatía y la responsabilidad social.

Wyoming nos recordó que sin verdad no hay democracia posible. Alejandra Herranz nos mostró que sin empatía, la información se queda huérfana de significado. Y Leticia Dolera nos advirtió que contar historias es un acto de responsabilidad colectiva que requiere visibilizar a quienes sostienen nuestro tejido social.

La gala fue, en definitiva, un reconocimiento a una forma diferente de entender la comunicación: no como entretenimiento superficial o propagación de intereses políticos, sino como servicio público al que le queda mucho camino por andar en tiempos como los nuestros.​​

 
 
 
 

Sobre Nacho Encinas

Nacho Encinas es fundador de La Escuela de la Neurocomunicación y el Humanismo y del #neurocomLAB.

Ha liderado más de 80 proyectos de comunicación y cultura, acumulando más de 950 horas en directo en televisión, radio y medios digitales, y ha entrevistado a más de 1700 artistas y comunicadores/as.

En 2022 dio el salto a la docencia y, actualmente, acompaña a profesionales del sector de la cultura, la salud y la educación para que comuniquen con propósito y que su vida sea su mensaje.

 

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