En este episodio de El Poder del Discurso converso con Alexandra Lottermoser, coach vocal y creadora de Neurovoz, un enfoque que integra autoconocimiento y entreno de la voz poniendo al sistema nervioso en el centro para desbloquear la expresión.
La voz no es únicamente la herramienta de artistas ya que docentes, terapeutas, líderes y cualquier profesional que que se comunica debería conocer su herramienta.
Hablamos de cómo el estrés y las emociones se quedan en el cuerpo y limitan la voz. También de la neuroplasticidad como oportunidad de cambio a cualquier edad, y de por qué hace falta un cambio de paradigma educativo: menos rigidez “solo técnica”, más acompañamiento emocional y manejo de ansiedad escénica.
También comentamos diferencias culturales de expresión y tono, y desmontamos mitos sobre la respiración y el “todo es diafragma”.
Ideas clave del episodio
Neurovoz: empezar por regular el sistema nervioso (postura, respiración, tensión, creencias) y después la técnica.
Neurociencia práctica: las emociones se construyen y pueden re-etiquetarse; la neuroplasticidad permite crear nuevos hábitos vocales.
Estrés y síntomas: la voz avisa; rutina diaria de respiración/meditación, escritura, actividad placentera, naturaleza y luz de mañana.
Creencias que limitan: etiquetas (“tienes voz chillona”) se trabajan desde autoestima y narrativa, no “forzando” un nuevo timbre.
Educación musical: conservatorios y escuelas deberían integrar salud mental y ansiedad escénica en la formación.
Respirar sí, pero sin dogmas: la respiración ayuda, pero ser “respiración-céntricos” está obsoleto; al regular el sistema, la respiración fluye.
Cultura y voz: el contexto moldea gestos, tono y ritmo; no hay una única “buena” manera de expresarse.
Descanso a medida: silencio o reposo vocal según cada persona; evitar supersticiones rígidas tipo “si no caliento 30’ fallo”.
*Tip: gárgaras con agua (también sal o manzanilla) antes/después de hablar ó cantar.
La mirada y experiencia de Alexandra nos recuerdan que la voz no es solo sonido, sino identidad, emoción y presencia; aprender a cuidarla es aprender a habitarnos con consciencia y libertad.
























